El auge del Imperio Gupta – Explicado en 10 minutos
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Los primeros europeos que llegaron a América eran muy conscientes del carácter religioso de sus experiencias. Todas las expediciones llevaban sacerdotes que presidían los ritos cristianos y trabajaban para convertir a su fe a quienes aún no estaban bautizados. Uno de los relatos más populares y leídos de estos primeros tiempos es el de Bernal Díaz del Castillo, La conquista de la Nueva España. Díaz participó en varias expediciones enviadas desde Cuba para explorar la tierra firme de Centroamérica y, por tanto, fue uno de los soldados más experimentados que acompañaron a Hernán Cortés en la marcha sobre Tenochtitlan, la capital del Imperio Azteca. El vívido relato de Díaz muestra cómo los soldados europeos creían estar en una misión del Dios verdadero, que les guiaba en la batalla contra sus enemigos. Muchos españoles vieron los acontecimientos en América como una extensión de su lucha contra los musulmanes en el norte de África y en Oriente Medio. R. C. Padden se basa en gran medida en Díaz en El colibrí y el halcón, una narración de la conquista en la que Moctezuma y Cortés se enfrentan en una batalla espiritual por la supremacía en la región.
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1521 fue un año fatídico para Mesoamérica. En febrero, miles de guerreros tlaxcaltecas y texcocanos se unieron a los invasores europeos para asediar y ocupar Tlacopan y Texcoco, dos de las ciudades-estado de la Triple Alianza Nahua. Desde estos bastiones, los grupos indígenas rebeldes y los conquistadores atacaron Tenochtitlán entre mayo y julio. En agosto, capturaron a Cuauhtémoc, el último tlatoani (gobernante) de Tenochtitlán, y derribaron el Imperio Azteca. Este violento enfrentamiento dio origen a la Nueva España.
Sin embargo, la negociación indígena-europea que tuvo lugar años antes fue clave. Los acontecimientos que condujeron a esta revolución pintan un cuadro increíblemente complejo de escisión y consolidación de alianzas. A medida que los invasores europeos y sus intérpretes de lenguas se dirigían al Valle de México en 1519-1520, establecieron acuerdos críticos con poderosos grupos indígenas. Entre ellos se encontraban los tlaxcaltecas y los totonacas, ciudades-estado independientes que habían rechazado la dominación azteca, y facciones texcocas desencantadas. Aunque los conquistadores proporcionaron el pretexto para desafiar a la Triple Alianza Nahua, estas comunidades indígenas sellaron colectivamente el destino del Imperio Azteca.
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[Nota aclaratoria: Estoy utilizando la palabra mexicas para referirme al pueblo que controlaba Tenochtitlan cuando llegaron los españoles en 1519. A esta población indígena se la suele llamar, aunque erróneamente, azteca. Los mexicas habían conquistado gran parte de lo que hoy es México, y muchos de esos pueblos conquistados hablaban su lengua, el náhuatl, por lo que no todos los nativos que hablaban náhuatl eran mexicas. Otros, especialmente en el sur y en lo que hoy es Centroamérica, hablaban varios dialectos del maya. Siempre que sea posible, intentaré identificar a los indígenas concretos que escribieron los manuscritos. En otros casos, si los códices están en náhuatl, describiré a sus autores como nahuas, siguiendo la práctica del historiador mexicano Miguel León-Portilla].
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Qué fue la conquista espiritual de México
La conquista militar y espiritual de Tenochtitlan sigue resonando hasta nuestros días. El visitante astuto puede incluso examinar los orígenes de algunos de esos acontecimientos en estos mismos lugares. Encontrará espacios emblemáticos como plazas, iglesias, cimientos de pirámides, museos y sitios patrimoniales similares que no son sino los vestigios de esta historia.
La Ruta de la Resistencia comienza con un mural que conmemora el famoso encuentro de 1519 entre Moctezuma Xocoyotzin y Hernán Cortés. Pero cada sitio del camino promete más información sobre estos momentos que cambiaron el mundo.